domingo, 13 de noviembre de 2011

Una poesía extraña

Creo que el título resume lo que sigue bastante bien. Una poesía escrita en el 2008 que... sin palabras, no se que pensaba por aquel entonces... Ahí va...



Aunque usted no se lo crea
Cuan desgracia sea mi vida
Que sobre mi cabeza cae
Como un cubo de agua fría.

Mi familia no me entiende,
Creen que todo lo hago mal.
Creo que ni siquiera comprenden
Lo mal que me lo hacen pasar.

Mi institututo es una carcel,
Todo esta lleno de rejas.
Con profes con mucho malaje
Y con muy malas ideas.

Desde pequeña me pegan
Palizas de campeonato
Y despues voy yo y pienso:
“¡ a que ahora voy yo y me mato!”

Digame ahora si cree
Cuan desgracia sea mi vida
Que sobre mi cabeza cae
Como un cubo de agua fria

Una poesía sobre Doñana

Después de una excursión a Doñana, nos pidieron que escribiéramos una poesía. Sin mas preámbulos, ahí la lleváis.



Doñana

Una tarde soleada
un amigo me preguntó:
¿Qué es Doñana?
Y yo, muy precoz,
sin dudar le contesté:
Doñana
es un mundo pequeño
dentro de otro
demasiado grande.
El grande
fácil de describir:
coches;
edificios;
contaminación;
basuras…
En el pequeño
flora y fauna
en libertad;
bellas aves;
flores nunca vistas;
árboles gigantescos;
marismas brillantes
que en el atardecer
nos sorprenden
con todo su esplendor…
Tiene tanta belleza junta
que tardaría siglos en describirla…
Y como no puedo decirte cómo es
no tengo más remedio
que llevarte conmigo
y sorprenderte…
Ven y verás...

Naturaleza y fuego

Aun recuerdo cuando nos mandaron a hacer este trabajo. Era para un concurso, a la edad de 11 años. Aunque lo que mejor recuerdo es que la maestra no envió mi redacción. Si, no envió mi redacción. Pero bah, ya paso de eso. Bueeeno, ahí tenéis una pequeña reflexión sobre la naturaleza y el fuego.



Naturaleza y fuego: dos grandes enemigos. Buen tema, pero a la vez es muy malo. Por un momento háganse una pregunta: ¿Por qué? ¿Por qué deben ser enemigos? ¿Será quizás porque el fuego se enciende sólo? ¿Una botella de cristal se va a ir al campo ella sola para tirarse al suelo, olvidarse de ella misma y que el sol la atraviese y queme primero unas hierbas, luego un árbol, y por último bosques enteros? No. Los culpables de que cada vez haya menos bosques, de que no podamos hacer barbacoas apagándola correctamente, de que no podamos ir al campo para disfrutar correctamente de su aire limpio, de su belleza, del trinar de los pájaros… somos los hombres. Si, los hombres. Si utilizáramos bolsas de basura y la dejáramos depositada en las papeleras en vez de dejas la basura desparramada por el suelo, si no fumáramos en el campo y en vez de eso disfrutáramos del aire limpio que nos dan las plantas, la naturaleza y el fuego no serían enemigos. Serían como uña y carne. Si utilizáramos las barbacoas que tienen preparadas en el campo especialmente construidas para que no se quemen los bosques, podríamos disfrutar del campo y de todas sus propiedades. Desde aquí quiero mandar un mensaje a todas las personas del mundo: cuidad la naturaleza, y ella os cuidará a vosotros.

El principio de un cuento

Este es el principio de un cuento que empecé con 7 u 8 años también. A primera vista puede parecer un cuento sin importancia, pero si se lee de una forma mas profunda, se puede apreciar una clara crítica a la monarquía, y a cómo se gastan nuestro dinero desde hace ya siglos. Ahí va, con faltas de ortografía y todo.



Había una vez un rey y una reina que deseaban tener un hijo. Vivían en un reino muy grande y tenían muchas riquezas y todo un país por gobernar. Su castillo gozaba con grandes habitaciones y la mayoría de los objetos estaban hechos de oro y de plata, porque los reyes eran muy ricos. Las camas eran gigantescas y tenían muchos mayordomos y señoritas de la limpieza, y la cocina llena de cocineros de categoría.

Pasó mucho tiempo, y por fin los reyes pudieron tener una hijita preciosa, a la que llamaron Rosa porque era preciosa como una rosa. Hicieron muchísimas fiestas por todo el reino, y se gastaron miles de millones en estas y en las cosas de la princesa, tanto, que gastaron hasta el último céntimo.

Sin dinero se hicieron débiles, y aprovechando esto, un reino cercano empezó a conquistar todo el reino. Los campesinos empezaron a ponerse de parte del otro reino. Los reyes se tuvieron que rendir y se convirtieron en pordioseros.

Una carta a los Reyes Magos

Esta es una carta a los Reyes Magos que escribí con 7 u 8 añitos o asi. Conmovedoramente linda, si se me permite a mi decirlo. Pongo hasta mis faltas de ortografía, para que quede aun mas lindo :) Ahí va.



Queridos Reyes Magos:

Este año no hace falta que me traigais nada.
Aunque no os voy a pedir nada material, me gustaría que no os olvidarais de algunas cosas, mucho más inportantes que ningún juguete:
-amor
-paz
-que todos seamos iguales, ya sea diferente nuestro sexo, piel, religion,...
-que todos los niños del mundo tengan su juguete cada año
-felicidad
Y todo lo bueno que pueda haber en este mundo.


María José

sábado, 27 de agosto de 2011

Mirando mi pasado

Hace pocos días que me devolvieron mi portátil después de arreglarlo. Como consecuencia de ello, he visto varios textos que escribí hace años, y me gustaría compartirlos con vosotros. Los publicaré en diferentes post, porque no tienen nada que ver los unos con los otros.

Por cierto, en los Archivos del Blog de 2010 hay algunas entradas nuevas, importadas de mi anterior blog.

¡Espero que os gusten!

viernes, 29 de julio de 2011

Cura contra el cáncer censurada por las empresas farmaceuticas


Investigadores canadienses logran curar el cáncer usando dicloroacetato, sin embargo, esta sustancia no requiere patente, por lo cual no representa negocio para Big Pharma y podría ser bloqueada
Investigadores de la Universidad de Alberta han logrado curar el cáncer utilizando un medicamento llamado dicloroacetato, sin embargo, como esta sustancia no requiere patente y es barata a comparación con los medicamentos usados para combatir el cáncer por las grandes farmacéuticas está investigación no ha recibido mucho apoyo ni está haciendo eco en los medios, quizás bloqueda por las mismas farmacéuticas.
Los científicos canadienses probaron el dicloroacetato en células humanas y notaron que mata las células de cáncer en los pulmones, en el cerebro y en el pecho, dejando solamente las células sanas. En ratas con severos tumores sus células se encogieron al ser alimentadas con agua con esta sustancia.
El dicloroacetato detona una acción en la mitocondria para que esta acabe de formanatural con el cáncer en las células (tradicionalmente se enfoca en la glucólisis para combatirlo).
El Dr Michelakis de la Universidad de Alberta manifestó su preocupación de no encontrar fondos para hacer pruebas clínicas con dicloroacetato ya que no representaría fuertesganancias para inversionistas privados al no estar patentado.
Esto encaja exactamente con lo que dijo el Premio Nobel de Medicina Richard J. Roberts en esta entrevista sobre como los fármacos que curan no son rentables y por eso no son desarrollados por las farmacéuticas que en cambio sí desarrollan medicamentos cronificadores que sean consumidos de forma serializada.

ENTREVISTA CON EL NOBEL DE MEDICINA RICHARD J. ROBERTS

¿La investigación se puede planificar?
Si yo fuera ministro de Ciencia, buscaría a gente entusiasta con proyectos interesantes; les daría el dinero justo para que no pudieran hacer nada más que investigar y les dejaría trabajar diez años para sorprendernos.
Parece una buena política.
Se suele creer que, para llegar muy lejos, tienes que apoyar la investigación básica; pero si quieres resultados más inmediatos y rentables, debes apostar por la aplicada…
¿Y no es así?
A menudo, los descubrimientos más rentables se han hecho a partir de preguntas muy básicas. Así nació la gigantesca y billonaria industria biotech estadounidense para la que trabajo.
¿Cómo nació?
La biotecnología surgió cuando gente apasionada se empezó a preguntar si podría clonar genes y empezó a estudiarlos y a intentar purificarlos.
Toda una aventura.
Sí, pero nadie esperaba hacerse rico con esas preguntas. Era difícil obtener fondos para investigar las respuestas hasta que Nixon lanzó la guerra contra el cáncer en 1971.
¿Fue científicamente productiva?
Permitió, con una enorme cantidad de fondos públicos, mucha investigación, como la mía, que no servía directamente contra el cáncer, pero fue útil para entender los mecanismos que permiten la vida.
¿Qué descubrió usted?
Phillip Allen Sharp y yo fuimos premiados por el descubrimiento de los intrones en el ADN eucariótico y el mecanismo de gen splicing (empalme de genes).
¿Para qué sirvió?
Ese descubrimiento permitió entender cómo funciona el ADN y, sin embargo, sólo tiene una relación indirecta con el cáncer.
¿Qué modelo de investigación le parece más eficaz, el estadounidense o el europeo?
Es obvio que el estadounidense, en el que toma parte activa el capital privado, es mucho más eficiente. Tómese por ejemplo el espectacular avance de la industria informática, donde es el dinero privado el que financia la investigación básica y aplicada, pero respecto a la industria de la salud… Tengo mis reservas.
Le escucho.
La investigación en la salud humana no puede depender tan sólo de su rentabilidad económica. Lo que es bueno para los dividendos de las empresas no siempre es bueno para las personas.
Explíquese.
La industria farmacéutica quiere servir a los mercados de capital…
Como cualquier otra industria.
Es que no es cualquier otra industria: estamos hablando de nuestra salud y nuestras vidas y las de nuestros hijos y millones de seres humanos.
Pero si son rentables, investigarán mejor.
Si sólo piensas en los beneficios, dejas de preocuparte por servir a los seres humanos.
Por ejemplo…
He comprobado como en algunos casos los investigadores dependientes de fondos privados hubieran descubierto medicinas muy eficaces que hubieran acabado por completo con una enfermedad…
¿Y por qué dejan de investigar?
Porque las farmacéuticas a menudo no están tan interesadas en curarle a usted como en sacarle dinero, así que esa investigación, de repente, es desviada hacia el descubrimiento de medicinas que no curan del todo, sino que cronifican la enfermedad y le hacen experimentar una mejoría que desaparece cuando deja de tomar el medicamento.
Es una grave acusación.
Pues es habitual que las farmacéuticas estén interesadas en líneas de investigación no para curar sino sólo para cronificar dolencias con medicamentos cronificadores mucho más rentables que los que curan del todo y de una vez para siempre. Y no tiene más que seguir el análisis financiero de la industria farmacológica y comprobará lo que digo.
Hay dividendos que matan.
Por eso le decía que la salud no puede ser un mercado más ni puede entenderse tan sólo como un medio para ganar dinero. Y por eso creo que el modelo europeo mixto de capital público y privado es menos fácil que propicie ese tipo de abusos.
¿Un ejemplo de esos abusos?
Se han dejado de investigar antibióticos porque son demasiado efectivos y curaban del todo. Como no se han desarrollado nuevos antibióticos, los microorganismos infecciosos se han vuelto resistentes y hoy la tuberculosis, que en mi niñez había sido derrotada, está resurgiendo y ha matado este año pasado a un millón de personas.
¿No me habla usted del Tercer Mundo?
Ése es otro triste capítulo: apenas se investigan las enfermedades tercermundistas, porque los medicamentos que las combatirían no serían rentables. Pero yo le estoy hablando de nuestro Primer Mundo: la medicina que cura del todo no es rentable y por eso no investigan en ella.
¿Los políticos no intervienen?
No se haga ilusiones: en nuestro sistema, los políticos son meros empleados de los grandes capitales, que invierten lo necesario para que salgan elegidos sus chicos, y si no salen, compran a los que son elegidos.
De todo habrá.
Al capital sólo le interesa multiplicarse. Casi todos los políticos – y sé de lo que hablo- dependen descaradamente de esas multinacionales farmacéuticas que financian sus campañas. Lo demás son palabras…
Richard J. Roberts nació en Derby, Inglaterra, en 1943. Estudió inicialmente Química, posteriormente se traslada a Estados Unidos, donde desarrolla actividad docente en Harvard y en el Cold Spring Harbor Laboratory de Nueva York. Desde 1992 dirige los trabajos de investigación del Biolabs Institute, de Beverly, (Massachusetts).
Obtuvo el Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1993, compartido con Phillip A. Sharp, por su trabajo sobre los intrones, fragmentos de ADN que no tiene nada que ver con la información genética. Pudieron describir que la información depositada en un gen no estaba dispuesta de forma continua, sino que se encontraba fraccionada.
Los primeros experimentos los realizaron sobre material genético de virus, particularmente de adenovirus.
Ambos llegaron a la conclusión de que el ARN ha tenido que preceder en la evolución al ADN.
Información obtenida de: